sábado, 5 de enero de 2013

implosión.


Mi cuerpo está encrespado. La brisa de verano  de esta noche ha perdido intensidad. La puerta entre abierta deja pasar el viento como si fuera un grito que se escucha a la distancia. Hoy, entre el camino apaciguado por la sombra de los árboles,  miré al cielo y me pareció cansado. Cansado de no ser entendido por una mente tan estrecha como la mía. Le pedí disculpas haciendo un gesto con mis manos. Las mismas manos necias que esta noche están más frías. 

No hay comentarios: