martes, 29 de septiembre de 2009

Ya pronto ha de llegar (...)

Las cosas no estaban saliendo bien para el joven, y es que la vida nunca es fácil y a ratos no es malo recordarlo. Caminaba abstraído de todo y de todos, intentaba buscarse, conocer más de sí mismo, y es claro que era un existencialista, pero bueno todos tenemos algo de eso sólo que a él no le asustaba.
En sus oídos sonaba una canción de Savage Garden, miraba como las palmeras se movían sutilmente con el aire, parecían conocer el ritmo de la canción. Se pregunto si todo eso estaba programado, si de alguna forma mística las palmeras supieran bailar al ritmo de I want stand with you on a mountain, al menos, eso parecía.
Compró café, necesitaba gozar de ese momento, después de todo pensó algo tan poético no es nada común por estos días. Se sentó en un banquita maltratada, húmeda y descolorida por el paso de las lluvias.
La gente lo miraba al pasar, se preguntaban que hacia ahí, con los ojos cerrados y cantando para sí cuando todos se apresuraban hacia sus casas, y es que comenzaba a llover nuevamente y él como q no se inmutaba.
Saco un cigarrillo y como pudo lo prendió entre la lluvia que poco a poco se hacía más espesa, disfrutaba sentir como cada gota rosaba sus mejillas, como caían poco a poco, como su pelo comenzaba de a poco a destilar.
De pronto, como de la nada un perro se acercó, se tapo bajo su asiento y miraba acongojado como se mojaba su entorno, su lugar. El joven lo miró y una tristeza recorrió su cuerpo, lo estremeció tan fuerte, y es que sus ojos decían tanto, sus ojos eran la soledad, esa soledad de la que huía siempre y que en ese momento estaba bajo su asiento. Sacó de su bolso un paquete de galletas y se las dio a su ahora compañero, acaricio su cabeza, esbozo una sonrisa colmada de verdad y se despidió.
Estoy empapado pensó en voz alta, tendré que irme. Tomo todos sus pensamientos los hecho a un bolsillo y comenzó a caminar. No dejaba de disfrutar lo maravilloso del momento, abrió su boca ampliamente y tomaba del agua que ya caía intensamente en la ciudad. Sin tener posibilidad de reaccionar ya había dejado a un lado todo lo que pensaba, y es que la vida estaba cuesta arriba y por un momento lo olvidó.
Sabía que la lluvia aún estaba ahí, que incluso seria más aguda, que no en mucho más llegaría a su casa y todo volvería a su curso, que al prender la tv vería damnificados, periodistas empapados, meteorólogos y cuanta cosa surge en esos momentos. Sabia q aún no era tiempo de respuestas, que la falta de fundamento estaba ahí, como una sombra. La verdad su vida no era lo mejor, tenia falencias, miserias, un poco de infortunio, como todos.
A veces se sentía como el perro del camino, como aquel inocente que se esconde bajo un asiento ante la adversidad, ante esas cosas inevitables. Pero él, es más que eso y en el fondo lo sabía.
Es parte del proceso, es parte de las cosas que todos tenemos que pasar, que duelen es verdad, pero la vida nunca es fácil y a ratos no es malo recordarlo.





El sol ya pronto ha de llegar y eso nunca ha de olvidarse...

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Recuerdo que al salir por la mañana, mire el cielo con más curiosidad que de costumbre, en el fondo pensé que tal vez era un buen momento para morir, después de todo, las cosas ya no podían cambiar, estaba destinado, como una mala teleserie donde todo parece tan obvio.

Camine sin interés, calle abajo y tu imagen era constante, como una luz de emergencia, de esas parpadeantes. En medio del trayecto un viento fuerte y frio golpeo mi cabeza, tan fuerte que tambaleé, me sentí inseguro, como niño perdido en medio de un tumulto.

Miraba como las olas jugaban en el fondo del mar, miraba a la gente imbuida en sus pensamientos y por un momento me vi a mí, riendo de la sombra escurridiza que jugaba ya hace un rato con mi mente.

Al menos ese día entendí, que hasta en los peores momentos, lo mejor es sonreír…







necesitaba esto, necesitaba creer, necesitaba sentir q las respuestas siguen estando aqui, a un paso d mi...

sábado, 12 de septiembre de 2009

de mi constante inconstancia

“Me siento inconstante, deambulando por rincones de mi mente, perdido entre tanta música basura. A ratos, decepcionado de mi imprudencia, de la poca lógica que envuelve a mis labios, de esa dañina critica que parece no dejarme libre”.



“La vida es poco ingeniosa, a veces suele ser predecible, se consume como el humo de un cigarro entre días rutinarios y conversaciones poco interesantes, y de a poco va perdiendo fundamento. La verdad, me aterra el no ser apto de encontrarlo, que de un día para otro me resigne sin más a una no vida. Quiero ser capaz de huir lejos del conformismo, de la quietud generalizada, de la cómoda posición de muchos. Necesito romper algunas reglas, crear otras, vivir sin ellas, dejar a la bipolaridad en el bolsillo, conocer mis limites, ver el cielo más de cerca, y tocar la tierra más a fondo”.



"Intentaba no temer a lo desconocido, lanzarse sin más a una vida que le parecía tan impredecible, tan insegura, tan emocionante. Pero le era imposible no mirar al vacio, no pensarlo una y otra vez. Finalmente cuando ya daba un paso atrás, cuando su propia mente no era capaz de coordinar su cuerpo, un viento sutil, similar a la libertad lo lanzó sin más, sin mediar en su consciencia ya estaba en medio de la nada, sin mediar en las consecuencias ya estaba VIVIENDO".



“Miré a través del espejo, buscaba identidad, una nueva forma de pensar. Intenté recoger mis sentimientos, agrupar en un instante el lugubre aspecto de mi voz. Y es que tan sólo necesitaba dejar de lado mi existencia, fingir, aunque sea un momento una vida sin movimiento”.



- extractos de lo q soy...



viernes, 4 de septiembre de 2009

Insomnio

Una noche de viernes en Valparaíso, de esas en las que la mente no le da paso al sueño, tome mi abrigo y unos cigarrillos y decidí caminar, no sabía bien que estaba haciendo y menos si era eso lo correcto, sin embargo, al hacerlo me sentí libre, como despojado de culpas, liberado de los pensamientos agobiantes que invadían mi cabeza. Cuando sentí esa brisa, pensé en lo genial que sería ver el mar. Llamé a un amigo, sentía que necesitaba compañía.
Caminamos casi sin hablar, al llegar al muelle nos sentamos y por más de media hora tan solo contemplábamos el mar, veíamos como las luces jugaban en el agua, como las olas rompían en la orilla.
Al rato, mi amigo se gira y me pregunta: ¿en qué piensas? Lo quedo mirando a los ojos, intentando buscar la razón de esa incomoda pregunta. Mire hacia delante, y ya no pude callar, la respuesta era tan clara. Pensaba en la mujer que comenzaba a apoderarse de mi tiempo, que iniciaba a robar todas las palabras lindas que ya pensaba guardadas, pensaba en lo triste en que todo esto podía terminar.
Era imposible no hacerlo, las imágenes de ella me saturaban, no me daban tregua, las veía en cada momento del día. Desde el momento en que por primera vez la salude hasta el último dia en que habíamos hablado. Me era tan fácil cerrar los ojos y encontrarla, su imagen era tan nítida, podía sentir como su risa me estremecía en todo momento, escuchar sus muletillas que la hacían aún mas adorable, sentir ese aroma delicado, como gotas de rocío.
Desde ese día vivo con un miedo constante, un miedo a no poder controlar todo esto, en no lograr ser dueño de mis emociones, a que se convierta en algo tan importante para mí y en no poder hacer ya nada contra eso.
Siempre he querido decirle todo esto, siempre he querido pedirle ayuda para sacarla de mi cabeza, para dejar de sonreír cada vez que ella lo hace, para dejar de sentir esto, que inevitablemente crece.
La verdad, es que ya me tiene acabado, tan solo intento seguir mintiendo un tiempo mas, por ahora es lo único que tengo…



-Habia olvidado la existencia de este escrito, hoy, al releerlo, me dio cierta nostalgia. Despues de todo, el amor nunca ha estado tan lejos, lo subo a modo de constante recordatorio, bueh... para q entrar a explicar...