domingo, 10 de octubre de 2010

instinto suicida

¿Cómo evitar este instinto suicida? Me corrompe en silencio, me susurra en los oídos a cada instante y se hace más intenso cuando lo cotidiano se vuelve abrumador.

Hoy, tal como hace dos o casi tres años me encuentro en un punto de inflexión, en una especie de giro sin retorno o calle sin salida. Sé que aquel devenir que describo no es más que mi propia vida, el peso de mi propio karma producto de mis hechos u omisiones y sí, la verdad es que soy el único imputable en esta causa.

Perdí cuando menos esperaba perder, me golpee con más fuerza de la usual y no pretendo ser un mártir o el iluso eterno que confía en un vaso que jamás ha estado medio lleno, requiero serme franco, el mirar mi reflejo en el espejo se ha vuelto un ejercicio de autoafirmación barato, mi propia naturaleza se ha comenzando a difuminar entre tanta idea o verdad poco elaborada, fui un mocoso imberbe y traicioné la confianza que yo mismo puse sobre mí.

No he sido capaz de aprehender nada en mi estadía en el infierno, no traje ningún abrigo conmigo, después de todo, quién podría imaginar que sería tan frío, desalmado e incoherente. Todas estas horas tan sólo han conseguido volverme una nostalgia que respira, como si de un momento a otro una prematura senectud me atacara por los pies y me carcomiera sin misericordia.

La música de antaño me viene bien, me socorre en los gritos sordos, acalla la voz suicida que soy yo mismo, me insta a no perder mis pasos, a cerrar los ojos y esperar que todo haya pasado, me nutre de esperanzas momentáneas y me hace tan débil como quiero.
Al menos de momento, opto por el goce fugaz del humo de un cigarrillo fiel. Toxico, insano, saturado de prohibiciones y qué más da, después de todo, nada es perfecto.

No hay comentarios: